Jose Maria Morelos Y Pavon
lunes, 14 de diciembre de 2015
Muerte de Jose Maria Morelos Y Pavon
Conducido a la ciudad de México, el 22 de noviembre de 1815 se iniciaba el primero de la serie de juicios a que fue sometido, ya que las autoridades militar, eclesiástica y civil se disputaron el derecho a condenarlo. Incoado con toda rapidez, el primer juicio terminó el día 23 y enseguida se presentó al prisionero ante el temible tribunal de la Inquisición, que lo incriminó por abandono de las doctrinas de la Iglesia y la adopción de herejías de autores malignos. El juicio estatal se celebró el día 28; la declaración de Morelos ante el tribunal, registrada y anotada por él mismo, constituye una de las fuentes de información más valiosas sobre el movimiento de independencia. Dictada la sentencia de muerte, el 22 de diciembre cayó fusilado.
El Congreso de Chilpancingo
Mientras tanto se habían producido algunas novedades en el terreno político. Conocedor Morelos de las intenciones de Ignacio López Rayón de promulgar una Constitución americana, retrasó la contestación y, cuando lo hizo, pocos días antes de conquistar Oaxaca, le expresó sus objeciones principales: había que excluir definitivamente la mención a Fernando VII, limitar el número de consejeros de Estado y aceptar que la elección del propuesto generalísimo de la república fuese de por vida, sin más límites que "la incapacidad, la enfermedad o la edad de sesenta años". López Rayón no convirtió en ley su proyectada constitución, entre otras razones porque en la ciudad de México se había publicado y acatado públicamente la nueva Constitución española promulgada en Cádiz.
Mediado el mes de mayo, mientras sitiaba Acapulco, se le ocurrió a Morelos la idea de convocar un congreso nacional de representantes provinciales, como respuesta a las iniciativas de López Rayón. Después de solicitar a López Rayón que enviase a los miembros de su Consejo en Chilpancingo, donde serían "reelegidos o depuestos", dirigió un decreto a las provincias para que nombraran electores y los convocó a reunirse el 8 de septiembre, con la finalidad de elegir un nuevo congreso. Llegado el momento, redactó el texto conocido como Sentimientos de la Nación, que sirvió de base para las deliberaciones de los allí reunidos. En realidad, la mayoría de las propuestas, discursos y proclamas de Chilpancingo serían redactadas por Carlos María Bustamante, fiel seguidor de Morelos.
El Congreso de Chilpancingo
Instalado en Chilpancingo, Morelos formuló un plan de gobierno compuesto de 59 artículos, prácticamente un proyecto de Constitución. Reconocía el principio de la separación de poderes, pero proponía que el ejecutivo lo ejerciese un generalísimo elegido a perpetuidad y con derecho a proponer la legislación que considerase necesaria. El legislativo quedaría en manos de un Congreso de diputados, cuyas personas serían declaradas sagradas e inviolables, y se mantendría por el momento el poder judicial existente. El artículo 17 declaraba la independencia de España, sin hacer referencia a ningún monarca. Entre los miembros natos del Congreso se encontraban los miembros de la Junta Suprema de López Rayón.
El 14 de septiembre, una vez instalado el Congreso, Morelos leyó un discurso y los diputados iniciaron el examen de las propuestas contenidas en Sentimientos de la Nación. Al día siguiente fue elegido generalísimo por aclamación, con todos los poderes y la facultad de nombrar a sus lugartenientes, cargos que recayeron en Mariano Matamoros y Manuel Muñiz. Hubo que esperar durante algo más de un mes a que llegaran López Rayón, Bustamante, Liceaga y Cos, pero en noviembre se celebraron sesiones regulares y el día 6 el Congreso aprobó una declaración de independencia redactada por Carlos María Bustamante.
Segunda Campaña
La segunda campaña de Morelos, tras unos meses dedicados a la reorganización y preparación de sus huestes, se desarrolló de noviembre de 1811 a mayo de 1812. Una vez tomado Tlapa reunió a todas sus fuerzas en Chiautla para establecer una nueva estrategia: dividió su ejército en tres grandes cuerpos, uno al mando de Miguel Bravo, que marcharía hacia el sur y trataría de conquistar Oaxaca; el segundo dirigido por Hermenegildo Galeana, que atacaría y dominaría Taxco; y el tercero, bajo la dirección del propio Morelos, que avanzaría hacia el norte y entraría en Izúcar sin combatir el 12 de diciembre, para atacar Tenango y Tenancingo, antes de llegar a Cuautla (Morelos), ocupada el día de Navidad.
Se ha discutido acerca de por qué Morelos no siguió hasta Puebla, cuya conquista hubiera constituido el anticipo a la caída de la capital. En su lugar, dejando guarecida Cuautla, prefirió correr hacia el oeste, para unirse a las tropas de Galeana estacionadas frente a Taxco. Fue uno de sus más graves errores militares, porque mientras tanto Félix María Calleja, con un numeroso cuerpo de ejército, sitió Zitácuaro (Michoacán), residencia de la Junta de Ignacio López Rayón, obligando a sus miembros a huir y dispersarse sin ofrecer resistencia. Este fue el comienzo del declive de López Rayón y de sus seguidores y constituyó un duro golpe al inicial optimismo insurgente.
Las Campañas de Morelos
La primera campaña, de octubre 1810
a agosto 1811, le permitió organizar y constituir un cuerpo de tropas
disciplinado y bien armado, con el que intentó sin éxito la ocupación de
Acapulco en febrero de 1811. Se retiró con sus fuerzas a Tecpan, desde donde
preparó el asalto a Chilpancingo el 24 de mayo y la toma de Tixtla (actual
Ciudad Guerrero) dos días más tarde. En el curso de esta campaña se le unieron
los hermanos Miguel y Víctor Bravo, nacidos en la hacienda de Chichihualco; Vicente Guerrero, oriundo de Tixtla, y Hermenegildo Galeana, de Tecpan. En esta época contó con
la colaboración del estadounidense Peter Ellis Bean, aventurero cosmopolita que
fabricó gran cantidad de pólvora para las tropas insurgentes.
Desgraciadamente, en junio de 1811 fueron ejecutados Miguel
Hidalgo y sus principales ayudantes. El sucesor de Hidalgo en la dirección del
movimiento fue Ignacio López Rayón, que se retiró a Zacatecas y se
internó en Michoacán, mientras maduraba y concretaba un ideario político que
diese coherencia y unidad a las iniciativas surgidas por todo el país. Junto
con José María Liceaga (años más tarde compañero de Javier Mina) y José Sixto
Verduzco (enviado de Morelos), López Rayón estableció en agosto de este año la
Suprema Junta Nacional de América
José María Morelos
El Grito de Dolores
El 16 de septiembre
de 1810, con el llamado Grito
de Dolores, Miguel Hidalgo prendió
la mecha del largo proceso que conduciría a la independencia de México. Hidalgo
estaba en realidad adelantando un plan que se había fraguado en Querétaro y que
contaba con la participación de criollos importantes, entre ellos el mismo
corregidor de esta ciudad, Miguel Domínguez. Al ser descubiertos los planes de
los conspiradores, Hidalgo se trasladó a Dolores, y allí dirigió a sus
parroquianos un llamamiento a alzarse en armas contra las autoridades
coloniales (el Grito de Dolores). La proclama tuvo un masivo seguimiento; en
San Miguel el Grande unió sus tropas con las de otro de los conjurados de
Querétaro, el comandante Ignacio Allende, y, ganando nuevas adhesiones por donde
pasaban, a finales de mes habían ocupado ya las localidades de Celaya,
Salamanca, Irapuato, Silao y Guanajuato.
Hidalgo y Morelos
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